Marzo y abril de cada año son los meses más estresantes para los contadores, ya que tienen que presentar las declaraciones anuales de sus clientes, al mismo tiempo que preparan los pagos provisionales de esos meses.
Preparar los impuestos no es tarea barata para el contribuyente. De acuerdo con el Banco Mundial, el promedio anual de horas de trabajo para pagar impuestos en el mundo es de 264. En Canadá solamente son 131. En México se requieren 334 horas. El trabajo es laborioso, de mucho detalle, amplio conocimiento y constante actualización de la ley.
Por más organizado que sea el contador, surgen imprevistos que van alargando la fecha de presentación de la declaración anual. Mientras, el cliente se vuelve más y más impaciente.
7 consejos para que entiendas el trabajo de tu contador
- No entregues tu documentación pocos días antes de la fecha límite de presentación de la declaración anual, ya que si lo haces es muy probable que no dé tiempo de elaborarla y presentarla a tiempo. El contador ya está trabajando con clientes ordenados que entregaron con buena anticipación. No es solamente el tiempo de hacer los cálculos y la revisión de requisitos fiscales de cada comprobante fiscal; tiene que dedicar un tiempo a resolver dudas y aclarar pendientes contigo.
- Alguien tiene que ser primero y alguien más se va a quedar al final. Ahora es más fácil reunir la documentación, ya que se entrega por medios digitales. Opciones hay para escoger: Dropbox, USB, Skydrive, correo electrónico y CD, hasta por WhatsApp. Al ser un trabajo muy laborioso, es importante que el cliente entregue sus papeles lo más pronto posible.
- ¡No mates al mensajero! ¿Te llegó un papel azul del SAT o un correo electrónico? No entres en pánico ni te enojes; habla con tu contador. El SAT envía muchas veces recordatorios a todos los contribuyentes, a pesar de que no haya llegado aún la fecha de presentación de su declaración. Son sólo correos de invitación.
- Los contadores no hacen la ley; únicamente la aplican, con todo y sus complicaciones y cambios. No le reclames si te sale alto el impuesto a pagar, o si está saturada la página del SAT y no pudo accesar para hacer la presentación.
- No todos tus gastos pueden ser deducibles. No te enojes si no puede meter la factura del juguete de tu hijo. Pide a tu contador que te explique qué puedes deducir y hasta qué monto, y avísale antes de que vayas a hacer alguna inversión o gasto mayor.
- Recuerda que los contadores son humanos, que hacen su trabajo de manera profesional, a contrarreloj, y que si comenten algún error están dispuestos a corregirlo.
- Cuando contratas a un profesional de los impuestos, no estás pagando sólo por el cálculo; estás pagando por el conocimiento y la experiencia de la persona atrás de esa computadora y merece ser compensada. Recuerda que lo barato sale caro.
Tips para que tus impuestos se presenten a tiempo:
- Pregúntale al contador en qué fecha tienes que entregarle tu documentación para que se comprometa a presentar tus declaraciones a tiempo.
- Entrega la documentación ordenada, con todos los requisitos fiscales para no perder tiempo y deducciones.
- Tu documentación debe contar una historia; se debe entender sola sin mayores explicaciones. Escribe notas que ayuden a tu contador a entender las operaciones irregulares. Así no tendrá que volver a trabajar lo que no entendió a la primera.
- Y lo más importante: un buen contador vale el monto de su iguala.