El juego deja de ser un juego, ¿cuándo? Al momento en que el SAT requiere el pago de contribuciones omitidas. O cuando le son rechazadas las deducciones con facturitas falsas. O tal vez el momento en que los amparitos se vuelven basura. O cuando es requerido el contribuyente de presentarse en la SEIDO. O cuando sus cuentas  bancarias son embargadas. O cuando le recomiendan en la PGR que se busque el mejor abogado que pueda encontrar. ¿En qué momento cree que comprar facturas falsas ha dejado de ser un lindo jueguito?

 

El juego deja de ser un juego, ¿cuándo? Lo vamos a llamar el juego de ver quién es más inteligente, ¿el SAT, la PGR, los doctores de mentiras o el contribuyente que compra facturas falsas?, pero existe un punto que nadie toma en cuenta, el Estado jamás pierde, los impuestos es algo variable en función de los ingresos del contribuyente y del manejo correcto o incorrecto de sus finanzas, o dicho de otra manera, del manejo legal o ilegal que haga de sus finanzas.

Al momento en que el SAT requiere el pago de contribuciones omitidas. Este es un buen momento para darse cuenta de que las cosas están cambiando de una manera que no pensaban que iba a pasar, el Estado recurre a los deudores y evasores fiscales para equilibrar sus finanzas, este es el problema para los evasores, que sus manejos ilegales o ilícitos, los ponen o colocan en grave riesgo.

O cuando le son rechazadas las deducciones con facturitas falsas. Es un momento mágico, en que todas sus facturitas falsas aparecen de nuevo en la vida del empresario evasor, en detalle, paso a paso, la contabilidad digital y la memoria cibernética coloca los movimientos ilícitos a la vista, las deducciones improcedentes, hacen que el estado cobre impuestos históricos y accesorios, multas, recargos y actualización fiscal, las deudas se multiplican por diez.

O tal vez el momento en que los amparitos se vuelven basura. Está grabado para la posteridad, Olguín, alias gladiolo, el zapatero mentiroso decía que ganaría los amparos contra el artículo 69-B con sus porcinos ojos cerrados, pero la realidad es que los amparos contra el artículo 69-B del CFF o la homologación del IVA, que se iban a gana con absoluta seguridad, los perdieron por que es imposible defender el delito.

O cuando es requerido el contribuyente de presentarse en la SEIDO. Casos de la vida real que con el comienzo de una larga, larga lista de tontejos que pensaban que nada pasaría, pero las mentiras de los doctores de mentiras, terminan cuando su cliente es requerido para presentarse en una de las oficinas de la PGR o ejecuta una orden de aprehensión en su contra, es el final del camino de mentiras y delitos.

O cuando sus cuentas  bancarias son embargadas. Algo que muchos evasores comienzan a apreciar en sus vidas, pero no se preocupen, gente como el doctor de mentiras Robertson, les van a decir que con un amparito, ganan más rápido que una bala, pero los embargos de cuentas por la Unidad de Inteligencia Financiera, les debería indicar que las querellas por fraude fiscal y lavado de dinero son inminentes, que su vida como la conocen ha terminado, a partir de este momento, comienza una etapa de la vida en el reclusorio.

O cuando le recomiendan en la PGR que se busque el mejor abogado que pueda encontrar. Solo debe imaginar el momento, está citado en la PGR, le preguntan por empresas fantasmas, por sus firmas en estas empresas, y alguien se ríe en su cara y le recomienda que mejor busque un abogado penalistas, ya que la bazofia que lo acompaña no tiene idea de que están hablando.

Entonces, ¿qué debe hacer el empresario que compró facturitas a mentirosos profesionales? Puede agarrar a balazos a su vendedor estrella, pero al final, el proceso, ya no se lo quita.

¿En qué momento cree que comprar facturas falsas ha dejado de ser un lindo jueguito? Para muchos tontos empresarios, era un juego de inteligencia en que ellos siempre tenían la ventaja, podían escoger al vendedor de facturitas, o el esquema más baratito, así bajaba el precio de las facturas falsas, desde un 12% hasta un 1% o solo por el manejo de los intereses, o como los vende el cocinero malito de Chiapas, en un 10% por la erosión de la base gravable que consiste en pasar el dinero a 10 cuentas para “despistar” al fisco”.

 

El problema son las consecuencias finales, cuando todos estos esquemas basura que todos son fraudulentos, lleven al empresario al reclusorio, entonces, es cuando su vida va a cambiar de la peor manera posible.

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